martes, 3 de marzo de 2009

La Pregunta

Te pregunté lo sencillo, lo fácil: "¿Me amás?" Aguardé 10 horas de conversación, suprimí mil te amos desde el fondo que querían darte bienvenidas. Escuché que me extrañabas a detalle y con ilusión. Te reías de mi ingenio, me agradecías mis consejos, te acurrucabas en el confort de mi voz, te cobijabas bajo el sublime vaivén de nuestra conversación que traía recuerdos de momentos sin dudas. Y aún en medio de la sombrilla de amor no supiste contestar.
No saber contestar fue el más renuente no. Entiendo que te negués a aceptar que aquello tuvo fin, que no fue para siempre como solíamos juntos soñar. Que no habrán miércoles de juegos, ni noches de favoritos, ni domingos de paseo, ni viernes de los dos. Ni habrán pequeños con nuestros rostros, ni casas a lo antique, ni bodas de ensueño con votos perpetuos de un sentimiento que antes estuvo aquí. Ni habrán viajes mochileros, ni navidades, ni espaguetti, ni macarrones, ni galletas, ni waffles, ni canciones, ni programas, ni cuartos, ni besos, ni abrazos. No habrá reconciliación.
Entiendo pues yo tampoco acepto pero al menos sé que aún te amo. Mi desprecio a esta realidad tiene fundamento en lo que sé que existe en mi. En tu caso es tan sólo miedo a dejarme ir. Prefiero ser nada a ser tan sólo lo seguro. Merezco amor desmedido, sin mesura, sin criterio, con arrebatos, sin lógica, sin más razón que aquella que se ve en mi reflejo.
Así que no te compliqués más. No hay nada en que pensar ni nada que te quite el sueño. Te reitero la pregunta y contesto en tu honor: "¡No! Ya no".

2 comentarios:

  1. me parece interesante tu blog para el poco tiempo que llevas con el te seguire me resulta fresco

    ResponderEliminar
  2. hola, me gusta tu blog y por eso te he dado un premio en el mio. tienes que pasarte por el mio y coger la imagen y ponerla aquí en tu blog.
    chao cuidate.

    ResponderEliminar