martes, 9 de junio de 2009

Inocencia

Tan ingenua en mis pasos con la falsa seguridad de una sonrisa edificada sobre escombros. Y creerse dueña de lo inadueñable, nuevamente, como la más impertinente de las criaturas sin aprender del raspón que dejó atrás el súbito abur. Insensata, buscando aprisionar entre mis pequeñas manos aquello sin forma mientras se me escapa de entre los dedos buscando su abolengo, su matriz. Torpe niña atolondrada, distraida ante los hechos no fijé mirada en lo propuesto ante mis pies; no torné la vista al menester de mi reflejo; no capté enseguida el Peter Pan de acento inglés.

Poco sobra entre las faldas que le caen derredor, cual Caupolican aún más fornido al miserere de su son. En tonos dulces y floreados bajó su arma a mi eslabón, sacó del pecho la mansa ofrenda, besó mi mano y se levantó. Recital de prosas señeras y mentiras ataviadas incitantes al oído de la cándida presente.

Inocencia, ceguera absurda de los años que aún no pasan.
Inocencia, culpable pulcra del perdón que me arrebata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario