martes, 22 de mayo de 2012

Pre-vida

Hoy es uno de esos días en los que mi piel se siente ajena a mí. En los que los huesos en mi cuerpo parecieran querer perforar mi alma que se inflama con desacato y frenesí. Mis párpados cansados de ver lo que está derredor amenazan con cerrarse y hundirse en un mundo que promete ser mejor. Pesan por falta de visión y por exceso de ella. Pesan porque no saben ya como mantenerse en pie y luchar.

A veces quisiera tener el don de fluir, como el agua, como el aire, como aquellas plumas sueltas que decoran un viento de otoño, como un primer beso, como un discurso de la pasión, como en mis sueños…

Me atemoriza vivir sin temor, sin su estructura que incita a la precaución, prevención, previsión. Pero quizá me atemorice más vivir una pre-vida en la que el estatus quo sea siempre la opción, en donde la volatilidad natural en mí no tiene cabida, en donde no hay espontaneidad ni mayor lugar para aprender a ser.

Me aprietan los “debos”, me aturden las instrucciones del buen vivir, me lastima el bozal que acarreo por si me nace una idea sin tapiz.

Y el sonido de mi voz se ahoga en mi garganta y sólo sale el sutil aire que a nadie ofende, que de nadie huye, que con nadie se envuelve. Y sigo aquí en la antesala a la vida, en el preludio de una bella canción, en el preámbulo de un cuento fascinante, en el pre-vivir…

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho, me gusta sobre todo la reflexion entre lo que se gana y se pierde al sopesar las dos vidas o las dos corrientes que se contraponen en nuestra vida.

    La vida segura y estable, aquella que nos da estabilidad pero no nos llena, no es la vida que querriamos si fueramos niños y nos vieramos de adultos :)

    En cambio, esta aquella vida que imaginábamos de chateles, la vida arriesgada, que solo cabe en la imaginacion de un niño (no es malo tener ese espiritu) la vida que nos hara ser felices cada segundo de nuestra vida.

    muy linda estuvo. animos!

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