jueves, 8 de enero de 2009

Mi hábito

Ya les habrá ocurrido que es difícil desprenderse de un mal hábito. Bien lo dice el dicho que es mejor lo viejo conocido que lo nuevo por conocer. Yo pensaba tenerlo todo. Pensaba palpar la felicidad con las yemas de mis dedos. Sentir su aliento en mi cuello mientras susurraba planes y sueños. Y un brutal viernes 7 de noviembre se desplomo el plan maestro.
Hay una guerra en mi, una disputa por que camino andar. Se me presenta por primera vez la posibilidad de vivir; no a un paso acelerado sino al vaivén de las olas, al sonido de un tic tac misericordioso que anhela la luz de mi sonrisa. Pero poco conozco del vivir del privilegiado. Mis mejillas frías aún esperan el calor de la mano materna . Mi oidos, la voz de un padre orgulloso. Ni hablar de mi corazón para quien el amor es tan sólo cosa de cuentos. Pero yo estaba bien, todo estaba bien. El estatus quo no afectaba mi ánimo casi lineal. Era en la costumbre que había encontrado seguridad y el verdor futuro. Aún ahora que reconozco el amargo sabor del pasado y la tóxica verdad quisiera embriagarme en ella. No encuentro refugio en medio de este mar de posibilidades arrodilladas ante mí. Mejor lo viejo conocido que lo nuevo por conocer....que sabio aquel que lo pensó y que triste aquellos lo vivimos, atados al hábito que funciona para estimular nuestra vacía realidad.

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